lunes, 20 de enero de 2014

Dos interpretaciones de la Atención

Antes de comenzar con este post, te invito a ver el siguiente video (sólo dura un minuto).

Te desafío a que cuentes la cantidad de pases de los jugadores de blanco.
Es importante que actives los subtítulos haciéndole click al rectángulo que se encuentra al lado del reloj.
 
Si ya lo miraste, analicemos que ocurrió. Probablemente te enfocaste en contar cuántos pases hicieron los jugadores de blanco y no viste al gorila. Si te pidiera ahora que observes durante qué minutos del video el gorila apoya sus puños en su pecho, probablemente perderías la cuenta de los pases. ¿Por qué sucede esto? Por prestar demasiada atención (aunque suene paradójico).

  • La atención limita la realidad:


¿Quién tiene razón?

Los dos y ninguno…

Los dos: porque cada uno prestó atención desde un lugar diferente y por lo tanto sus realidades son distintas. Ninguno: porque ambos tienen una versión simplificada de la realidad ya que al enfocarse en un solo detalle descuidaron el todo.

Como se observa con esa imagen, definir cuál es la verdad es un tanto complejo, ya que la realidad es una pero las percepciones de ella pueden ser infinitas.

Cada uno percibe lo que sucede con sus sentidos prestando más atención a algunos detalles que a otros. Luego, le da sentido a lo percibido (según su sistema de representación) y eso lo convierte en su interpretación de los hechos. Y como dijo Hans-Georg Gadamer (filósofo alemán):

“Una interpretación definitiva parece ser una contradicción en sí misma.”

La interpretación dependerá de las creencias, valores, aprendizajes, experiencias, etc. de cada persona.

En realidad, nadie conoce LA realidad porque pueden existir tantas realidades como personas existan.

¿Sabías que los niños ven delfines en la siguiente imagen? Probablemente sea el conocimiento previo otro factor que provoca las diferencias de percepción.


 
Por si no los ves…
 
  • La atención favorece la concentración y el desempeño:

Prestarle atención a un objeto o a un hecho determinado permite concentrarse en todos sus detalles.

El desempeño en un trabajo o estudio mejora cuando más atención y concentración se le dedica al mismo. Esto es así porque, según la neurociencia, para las actividades que implican un elevado nivel de atención se utiliza el cortex prefrontal. Esta parte del cerebro es secuencial, por lo tanto, no permite realizar en paralelo, tareas que requieran un alto grado de concentración. Esta sería la razón por la cual podemos caminar y masticar chicle pero no leer un libro y escuchar a un profesor.
 
La tecnología es uno de los principales culpables del desvío constante de atención. Cada vez que una persona recibe un mensaje de texto, un WhatsApp o un mail y enfoca su atención en contestarlo, es como si le “pusiera pausa” a la actividad que estaba realizando anteriormente. Pero cuando intenta “ponerle play” (aunque sea un minuto después), no pareciera ser tan sencillo. Probablemente le cueste tiempo y esfuerzo retomar ese trabajo porque ha perdido la concentración que tenía previamente.  
 
Entonces, pensá:
¿Cuántas discusiones podrías ahorrarte si tan solo pudieras aceptar la percepción del otro como SU realidad? ¿Cuánto más eficiente serías si apagaras el celular y cerraras el email cuando trabajas o estudias algo complejo?
 
En conclusión, la atención puede entenderse de dos maneras. Una, como limitante de la percepción de la realidad. La otra, como favorecedora de la concentración y mejoradora del desempeño laboral o el rendimiento académico. Esta es por lo menos mi interpretación de la realidad pero…

 
¿Cuál es la tuya?

viernes, 10 de enero de 2014

Haz de tu vida una anécdota

“ … Mientras que lo que nos ocurrió realmente (fuera lo que fuese…) no se puede cambiar, podemos cambiar su significado presente para nosotros y, por tanto, su efecto en nuestro comportamiento.” O´Connor y Seymour en “Introducción a la PNL”.

Esta frase me inspiró a pensar en cuál es el significado que le atribuimos a los acontecimientos de nuestra vida cotidiana. Por un lado, están quiénes viven para contar sus sufrimientos, como si buscaran el consuelo continuo. Por otro, están quiénes tratan de analizar que aprendieron de la situación para evitar que les vuelva a ocurrir.

Si hubiera que elegir un grupo, sin duda preferiríamos pertenecer al segundo. Sin embargo, existen casos en los que pareciera que estas situaciones son producto de la mala suerte y que poco o nada podemos aprender de ellas. Éstas son las típicas desgracias cotidianas, como por ejemplo: pinchar una rueda del auto, perder el pasaporte cuando se está por viajar al exterior, caerse en un lugar público, quedarse atrapado por el tránsito el día de una importante reunión, etc.

De estos hechos de martes (o viernes) 13, podemos intentar aprender algo (tratar de ser más ordenado sobre el lugar en donde se guarda el pasaporte) o también podemos… convertirlos en una anécdota.

Esa anécdota le puede servir de introducción en su próxima ponencia en un congreso o como historia graciosa en una cena con amigos. ¿Cómo? Dos simples pasos:
  1. Cambie la percepción sobre los hechos: Reviva el recuerdo desde otra perspectiva. Búsquele el lado positivo a esos momentos negativos y trate de añadirle una cuota de humor. Recuerde que el pasado no lo podrá cambiar, pero sí puede modificar su pensamiento sobre él.
  2. Actúe en consecuencia: Trate de relacionar el hecho con su vida personal y profesional. Analice en qué ámbito le servirá contar la anécdota y para qué fin.
  • Si está con amigos, puede contarla como una historia graciosa al estilo: “No saben lo que me pasó ayer…”
  • Si está dando clase, puede utilizarla como ejemplo: “En mi experiencia personal…”
  • Si quiere salir de un momento incómodo, puede usarla como anzuelo para cambiar la conversación: “Hablando de autos, me hiciste acordar…”

¿Un ejemplo más concreto? El mismo día en el que la universidad me aprobó dictar un curso denominado “El Cajero Automático y las Tarjetas de Débito”, se me bloqueó la tarjeta en un cajero. ¿Una triste ironía de la vida o una chistosa anécdota? Preferí utilizar la segunda opción para iniciar con humor mi primer clase del curso.

En palabras de Wayne Dyer (autor de “Tus Zonas Erróneas”):

“Haz que tu cabeza trabaje a favor tuyo y poco a poco adquirirás la costumbre de no molestarte cuando las cosas vayan mal”

Entonces, si usted ha tenido uno o varios “martes (o viernes) 13” o lo está teniendo hoy mismo, recuerde que con solo cambiar la forma de pensar y actuar en consecuencia, puede convertir su última tragedia en su próxima anécdota.

Si te ha gustado mi primer post, compártelo! Si no ha resultado de tu interés y no lo compartes, no te preocupes! En varios años cuando presente mi “decimoquinto libro” en un auditorio lleno de personas y un periodista me pregunte “¿en qué se inspiró para escribir algo así?”, le contaré la anécdota de cuándo escribí mi primer post y mucha gente no lo compartió ;)